Un dato impactante: el 80% del daño solar provocado por los rayos ultravioletas se produce durante los primeros 18 años de vida. Dicho esto entenderás por qué es tan importante que protejas a tu bebé desde chiquito. El daño solar en la piel es acumulativo e irreversible. Recién al año tu hijo puede comenzar a exponerse al sol, siempre con protección.
Factor y cantidades
- El factor de protección solar (FPS) adecuado para él lo indicará tu dermatólogo en función de su tipo de piel, pero hay que destacar que nunca deberá ser inferior a 20. Si es muy blanco, rubio o pelirrojo necesitará mayor protección.
- Es muy importante que la cantidad que le apliques sea suficiente y cubra toda su piel. Además, debe renovarse cada dos horas o después de un baño prolongado.
Cómo cuidarlos del sol
- Si tu hijo todavía no tiene un año, no lo expongas al sol. Ante exposiciones ocasionales, podés usar protectores solares sólo si tu hijo pasó los 6 meses de edad.
- Buscá la sombra de un árbol, techo o sombrilla para protegerlo.
- Colocale sombreros, gorros y remeras como otra manera de protección.
- Nunca olvides que la arena, el agua y particularmente la nieve aumentan la acción de los rayos ultravioletas.
- Nunca dejes de consultar al médico, ya que ciertos medicamentos producen erupciones y quemaduras con la exposición al sol.
Recordá
Las nubes dejan pasar hasta el 85% de las radiaciones ultravioletas. No te confíes de los días nublados y también aplicá protección en la piel de tu bebé.
Recordá consultar con tu pediatra si tenés alguna inquietud, él es quién más sabe sobre la salud de tu bebé.