Desde que comenzó a ingerir otros alimentos fuera de la leche materna o la leche de adaptación, tu bebé ha ido incorporando otras comidas, como los cereales o el puré. En este momento, el objetivo es que adquiera la idea de los alimentos sólidos y que le facilites el pasaje para que pueda comer con el resto de la familia.
Lo que sucede en esta etapa
- Al llegar al año, los alimentos sólidos constituyen una proporción significativa en la nutrición de tu bebé (más del 50%). Y sus habilidades para alimentarse irán creciendo acordes a esto. Naturalmente, en este período, será más fácil para tu hijo tragar la comida; tendrá más dientes, lo que le permitirá masticar alimentos sólidos.
- A los nueve meses, probablemente tu bebé tratará de comer solo con una cuchara, aunque sin mucho éxito, derramará comida sobre su babero y hasta en el piso. A esta edad ya tiene la habilidad de tomar cosas con los dedos, y en este caso, aprovechará para empezar a comer solo.
- Terminando el décimo mes, ya podrá llevar la cuchara a su boca.
Nuevos alimentos se suman a la dieta
Aquí es cuando llega el momento justo para que le introduzcas una mayor variedad de comida.
- Avena.
- Pastas: podés combinarlas con otros alimentos, por ejemplo queso.
- Legumbres.
- Verduras cortadas.
- Carnes blandas y pollo. Una forma para que se los des es picándolos o moliéndolos. También se los podés ofrecer cortados en piezas muy pequeñas.
¿Qué alimentos evitar?
- Cafeína: presente en el té y el café, libera estimulantes que pueden provocar malhumor e hiperactividad en los niños. Te recomendamos que no le des estas bebidas hasta los seis o siete años.
- Hamburguesas: en este caso, las compradas envasadas o las de las cadenas de comida rápida, poseen un alto grado de grasas saturadas y aditivos químicos.
- Jugos concentrados y gaseosas: tienen en común el sabor dulce. Y el azúcar no debe estar en la dieta de tu bebé. Además, las gaseosas suelen tener cafeína en su composición. Los jugos concentrados tienen aditivos químicos.
- Azúcar: es un hidrato de carbono que aporta calorías vacías y carece por completo de valor nutritivo.
Recordá consultar con tu pediatra si tenés alguna inquietud, él es quién más sabe sobre la salud de tu bebé.