TU PEDIDO
VOLVER x
Aún no agregaste ningún producto al carrito

Envío gratis a todo el país en compras superiores a $21.000
¿Cómo comprar?

Para finalizar la compra, te estaremos redireccionando a Tienda Andrómaco, donde podrás encontrar productos de todas las marcas de nuestro laboratorio.

Evolución

Miedos: cómo ayudar a tu bebé a enfrentarlos

Tu hijo sigue creciendo y, mientras aprende todos los días algo nuevo, hay una contracara a todos esos descubrimientos: los miedos. Aparecen las pesadillas, la inseguridad frente a la oscuridad y otras cosas que lo perturban. Acá te contamos cómo enfrentar estas situaciones.

Miedos: cómo ayudar a tu bebé a enfrentarlos

Las escondidas, un cuento y hasta un susto pueden hacerlo llorar. La esfera de protección que antes le brindabas empieza a resquebrajarse en pos de una mayor libertad de movimiento y de sensaciones. Durante esta etapa es crucial que experimente, pero que sienta que tiene todo tu apoyo y contención.

Lo mejor es que le hables con confianza, pero sin desestimar ese temor que tiene. No sirven afirmaciones adultas del tipo “un insecto no puede hacerte nada malo”, porque esta actitud minimiza su miedo pero no lo disminuye. Sí se podría decir: “sé que ese bicho no te gusta, así que lo voy a espantar para que no te moleste”. Sutilezas que marcan la diferencia.

Miedo a la oscuridad

El miedo a la oscuridad es muy común en los chicos. Depende mucho de la edad que tiene tu hijo. Algunos de los factores que originan estos miedos pueden ser:

  • Los chicos están en pleno desarrollo de la imaginación y no entienden todavía la diferencia entre realidad y fantasía. Para ellos todo puede pasar durante la noche: que se les aparezca el dragón de la película o el payaso que vio en el cumpleaños y esto los puede asustar.
  • Cambios inesperados en la vida de tu hijo como una separación, el nacimiento de un hermanito o una nueva niñera. Incluso lo que parece un cambio mínimo en nuestras vidas puede ser un cambio enorme en la de él.
  • Las características individuales de cada chico. Hay algunos que son más tranquilos, otros que se sobre estimulan y crean más miedos.

¿Cómo podés ayudarlo?

Podés ayudarlo convirtiendo a uno de sus peluches preferidos en su protector y dárselo antes de ir a dormir. Durante el día le podés inventar historias sobre cómo ese peluche protector defiende a la gente.

  • Dejalo que duerma con una luz prendida o dejá la luz del pasillo prendida con la puerta abierta. Otra opción es dejarle el interruptor cerca y que él elija cuándo quiere apagar la luz.
  • Si duerme siempre en su cuarto y se levanta regularmente durante la noche, debés resistir la tentación de llevarlo a tu cuarto. Esto puede llevar a que él crea que en su cuarto realmente hay un monstruo. Lo que podés hacer es ir con él a su habitación y esperar a que se duerma.

La mayoría de los chicos superan este miedo en días o meses. La mejor estrategia es que seas paciente y lo sepas escuchar.

Miedo al pediatra

El miedo al pediatra es muy común en los chicos, esto se debe a que empiezan a ser conscientes de que esta visita se encuentra erróneamente asociada a no sentirse bien. Además, se dan cuenta de que son dueños de su propio cuerpo y no les gusta que el pediatra los revise.
Para sacarle estos miedos hay que trabajar mucho, lo primero es encontrar momentos para escucharlo y dialogar con él.
 Es importante que sienta que es comprendido por sus padres y que logran ponerse en su lugar. Para minimizar la ansiedad es bueno explicarle qué va a pasar durante la consulta, y en caso de que lo sepas, cómo va a proceder el pediatra.

  • Mentirle sólo generará más desconfianza y hará que tu hijo se cierre más. Por lo tanto, si lo van a someter a una intervención, es mejor transmitirle que es probable que le duela un poco, pero que sus padres van a estar cerca de él para ayudarlo y el médico, sólo le hará cosas que favorezcan a su salud.
  • Organizar algún plan para después de la visita al médico. Realizar alguna actividad que tu hijo disfrute es una linda manera de terminar este difícil proceso. Por ejemplo, salir a tomar helado, pasar por una librería o simplemente pasear un ratito es una buena ocasión para relajarse.
  • Siempre es conveniente avisarle al médico del miedo de tu hijo. Sugerirle que le cuente qué pasos va a seguir y que le explique con calma cómo lo va a revisar; esto es importante para que el niño sepa qué puede esperar de la consulta.
  • No olvides: una vez que hayan salido de la visita, contale lo orgullosa que estás y lo bien que se portó.

Recordá

  • No ridiculizar su miedo ni tratar de evitarlo. Esto puede provocar un aumento del miedo e incluso puede llegar a perder la confianza en vos.
  • Tratar de controlar cualquier tipo de enojo o frustración de tu parte. Esto puede incrementar la tristeza de tu hijo, y también es más difícil para vos poder ayudarlo. 

Recordá consultar con tu pediatra si tenés alguna inquietud, él es quién más sabe sobre la salud de tu bebé.